martes, 6 de noviembre de 2012

La meditación Dhammakāya

Meditación dhammakāya es un método de meditación que creó a principios del siglo XX el gran maestro tailandés Phramongkolthepmuni, abad del Wat Paknam Bhasicharoen. En la actualidad es un método practicado por varios millones de personas en todo el mundo, especialmente en el sudoeste asiático.

En la meditación dhammakāya el meditador fija toda su atención en el interior de su cuerpo en un punto central situado a dos dedos por encima del ombligo.Este método fue redescubierto por Phramongkolthepmuni la noche de luna llena de septiembre de 1914 en Wat Bangkuvieng, Nonthaburi. La técnica de dirigir y enfocar la atención en el centro del cuerpo ya aparece descrita en un antiguo manual de meditación cingalés del siglo XVIII.
La meta de la meditación dhammakāya es superar los cinco obstáculos. Estos son:
  • 1. El deseo sensual (kāma cchanda): Deseo de placer sensual.
  • 2. La ira o mala voluntad (byāpāda, vyāpāda): Los malos sentimientos que dirigimos hacia los demás.
  • 3. Pereza, sopor o aburrimiento (thina-middha): poca acción o poca concentración.
  • 4. Inquietud, preocupación (uddhacca-kukkucca): La incapacidad para calmar la mente.
  • 5. Duda (vicikiccha): La falta de convicción o confianza.
Cuando la mente se vuelve calmada y estable como resultado de la práctica continua y exitosa de la meditación de tranquilidad, la mente supera los cinco obstáculos y alcanza un estado de concentración y atención plena en un solo punto (ekagata), un estado en el que se está libre de impurezas mentales. Al llegar a este punto, el meditador ha de generar mentalmente una esfera transparente brillante que surgirá espontáneamente en el centro de su cuerpo. La mente entonces debe ser dirigida y enfocada al centro de esta esfera.
Según la práctica dhammakāya existen varias formas de enfocar la atención en el centro del cuerpo:
• La atención ha de fijarse sobre las denominadas siete bases de la meditación dhammakāya estas son en orden de atención: (1) el orificio de la nariz, (2) el lacrimal del ojo, (3) el centro de la cabeza, (4) el final del cielo del paladar, (5) el centro de la garganta, (6) el centro del estómago a la altura del ombligo y (7) la séptima base que es el punto donde se bebe fijar la atención finalmente, que se halla dos dedos por encima del centro del estómago.
• Visualizar una imagen mental en el centro del cuerpo: una bola de cristal (alokasaññā) o una imagen cristalina de Buddha (buddhānussati) mientras se repite el mantra 'Samma-araham' (que significa "el Buddha que ha alcanzado correctamente el estado de arahant".
• Se puede colocar la atención plena en el centro del cuerpo pero sin visualizar.
Cuando se visualiza el objeto mental elegido (por ejemplo, la esfera luminosa de cristal) de forma continua, el aspecto del objeto mental cambiará gradualmente su naturaleza de acuerdo con la creciente sutileza de la mente de acuerdo con la siguiente secuencia:
1. Imagen Preparatoria (parikamma nimitta), el meditador percibe una versión vaga, parcial o con pocos detalles de la imagen que han imaginado. Tal objeto mental indica que la mente está en un estado de concentración preparatoria (khanika-samādhi).
2. Imagen adquirida (uggaha-nimitta) el meditador es capaz de percibir la imagen que han pensado con un alto grado de claridad y vivacidad, la imagen se torna clara y muy detallada.
3. La imagen generada se puede controlar (patibhaga-nimitta) una vez que la mente se ha enfocado completamente, ya no se distrae con causas externas o pensamientos. La imagen generada en el centro del cuerpo puede expandirse o contraerse a voluntad del meditador. Esta imagen debe tornarse cada vez más transparente y luminosa. Este estado límite se denomina upacara-samādhi e indica que la mente está unificada y concentrada.
La meditación dhammakāya se puede practicar a un nivel superior dhammakāya-vipassanā. La visión, entonces se basa en la pureza de "ver y conocer" (ñānadassana-visuddhi), es decir en una mente que es estable, y que tiene una visión penetrante de la realidad de la vida y del mundo. Ese conocimiento le permitirá al meditador a tener un conocimiento penetrante de las Cuatro Nobles Verdades, el origen dependiente, el apego, los cinco agregados (khanda), las doce esferas de los sentidos (ayatana), los dieciocho elementos (dhatu) y las veintidós facultades (indriya). El meditador debe realizar una eliminación secuencial de las contaminaciones o impurezas mentales.
El objetivo de la meditación dhammakāya en sus niveles avanzados es la depuración paso a paso del cuerpo físico, el cuerpo astral y el cuerpo sutil hasta llegar al cuerpo de la Iluminación (dhammakāya).

Práctica:
1. En primer lugar debemos conocer la verdadera naturaleza de la mente. Imaginamos nuestra mente brillante, clara en forma esfera como una bola de cristal. Cerramos los ojos e imaginamos que traemos a nuestra mente errante esa pequeña bola de cristal y que se detiene en uno de los orificios de la nariz, para los hombres el derecho y para las mujeres el izquierdo. El orificio de la nariz es lo que denominamos primera base.

2. Imaginamos que la bola de cristal brillante poco a poco va del orificio de la nariz a la esquina del ojo (el lagrimal, derecho para el hombre, izquierdo para la mujer), en ese momento se abren los ojos hacia arriba y luego se vuelven a cerrar.

3. Desde segunda base (el lacrimal), se imagina a la bola de cristal suavemente moviéndose hacia la tercera, la cuarta, la quinta y así sucesivamente hasta que se alcanza la sexta base. Quedémonos en la sexta base por un tiempo antes de levantarla un poco (dos dedos aproximadamente) de distancia hacia la séptima base. Entonces estamos en el lugar correcto, en el centro del cuerpo.

4. Conseguido esto mantenemos mentalmente la bola de cristal en el centro del cuerpo, que cada vez se irá haciendo más transparente y luminosa hasta que su energía irradie todas las células de nuestro cuerpo.

La otra técnica de marcar el centro del cuerpo es imaginar que cruzamos nuestro cuerpo por dos hilos blancos, uno va desde el ombligo hacia atrás a la columna vertebral. El otro va desde el lado derecho de nuestro cuerpo al izquierdo. Los dos hilos blancos hacen un punto de cruce en el interior, a partir de ese punto, se traza una línea perpendicular de dos dedos de anchura y aquí se hallará el centro corporal.
La primera vez que se medita con esta técnica es cuando se halla el centro corporal. Las siguientes veces, ya se recuerda la ubicación y no es necesario buscarlo.
Al hallar el centro corporal es muy beneficioso acompañarlo con una respiración profunda que nace de este centro.
Se dice que ser consciente de nuestro centro corporal es la puerta al verdadero despertar.

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